Nombre Popular:
Tiburón Blanco, Gran Tiburón Blanco
El tiburón blanco
(Carcharodon carcharias) es una especie de pez cartilaginoso lamniforme de la
familia Lamnidae que se encuentra en las aguas cálidas y templadas de casi
todos los océanos. Esta especie es la única que sobrevive en la actualidad del
género Carcharodon.
Nombre Científico:
Carcharodon carcharias
Clase: Chondrichthyes
Orden: Lamniformes
Género: Carcharodon
Familia: Lamnidae
Características:
Su nombre popular se
debe a la coloración que tiene en su cuerpo ya que los tiburones viejos van
siendo grisáceos y en la zona del vientre blanco, lo que les da sin duda ese
aspecto de parecer completamente blancos. Además, cuanto más viejo es el
ejemplar, no solo es más blanco, sino también es más grande, por lo que también
se le llama popularmente el Gran Tiburón Blanco.
El tiburón blanco
pertenece al grupo de los peces elasmobranquios, que son aquellos
cartilaginosos que se caracterizan, en este caso por tener aberturas
branquiales laterales, con un cuerpo bien alargado, pero con sus extremidades más
estrechas que en el centro (el otro tipo de peces de este tipo son aquellos con
el cuerpo más bien plano, como lo son las rayas), recibiendo esto el nombre de
cuerpo fusiforme.
Tiene además el morro
grueso, corto y cónico, con una boca muy grande y redondeada en forma de
parábola, boca que se encuentra siembre entreabierta, por lo que se puede ver
algunos de sus filosos y grandes dientes que tienen forma triangular y de
serrucho, con los que pueden morder, atrapar y desgarrar sus presas.
Tiene ojos negros y
pequeños, además de cinco hendiduras de branquias a los costados. Tiene una
gran aleta dorsal en su lomo, además de dos pectorales y dos caudales, son
gruesas y de forma triangular.
En su zona frontal
tiene terminaciones nerviosas que le transmiten información sobre todas las
vibraciones que se ocurren incluso las mas mínimas, a su alrededor; también
cuenta con otras células receptoras en sus orificios nasales, todos a servicio
de transmitirle la mayor información posible.
Además de todo esto,
tiene bien desarrollado su sentido del olfato, pudiendo sentir el olor a sangre
en proporción de una molécula de ella en un millón de moléculas de agua a
muchos kilómetros de distancia.
La vista también está
desarrollada, pero no tanto como los demás sentidos.
Pueden llegar a medir
hasta siete metros, habiendo registro de tiburones blancos de más de diez
metros de largo y pesar casi dos toneladas.
Alimentación:
Como habita en zonas
cesteras, si bien un poco alejado, solo se acerca para alimentarse de animales
de hábitos también costeros. Es decir que el este pez es carnívoro, ya que basa
su dieta en la carne de pingüinos focas, atunes, leones marinos o cualquier
otro animal costero.
Su método de caza no
es como comúnmente se cree de simplemente matar, sino que tiene un ritual de
realizar una emboscada, a saber, se queda por debajo de su presa, unos metros,
cuando van a atacar avanzan moviendo la cola hacia arriba, y abre su mandíbula,
con el sólo impacto, si la víctima es de pequeño tamaño, la mata en el mismo
instante. En cambio si la presa es más grande, usa sus dientes para arrancar un
pedazo de ella y engullirlo ya que no puede masticar, así la presa muere y el
tiburón va a ir comiendo arrancando más trozos.
Generalmente se
alimentan al amanecer o atardecer, ya que la poca luz le da la ventaja de no
ser visto.
Hábitat:
Vive cerca de las
costas, siempre en las zonas de plataforma continental, ya que en estas zonas,
debido a la gran cantidad de luz, es donde hay mayor concentración de animales.
Evitan las zonas de agua fría como la Ártica y Antártica.
Golfo de México,
Estados Unidos en su cosa este, Antillas Menores, zonas de pacífico en América
del Norte, parte de la Patagonia, Congo, Sudafricana, Australia, Nueva Zelanda,
Inglaterra, Senegal, Islas Canarias, etc. Es decir que es un pez muy encontrado
en casi todos los lugares del mundo.
Reproducción:
Es un pez
ovovivípara, se reproduce en primavera o verano y cada hembra puede poner desde
4 a 15 huevos, quedando estos huevos en el útero materno hasta el momento en
que eclosionan. Un dato llamativo es que puede suceder un canibalismo
intrauterino, ya que las crías o huevos son devorados por sus hermanos. Así es
que nacen tres o cuatro de las crías que miden unos 13 centímetros y al nacer
rápidamente se van lejos de su madre para no ser comidos por ella.
Sentidos:
Las terminaciones
nerviosas del extremo frontal, antes mencionadas, recogen la menor vibración
ocurrida en el agua y guían al animal hasta la posible presa que esté causando
esa perturbación. Otros receptores (conocidos como ampollas de Lorenzini, unas
células especializadas con una forma similar a la de minúsculas
"botellas") situados en torno a los orificios nasales, le permiten
captar también campos eléctricos de frecuencia variable que probablemente use
para orientarse en sus migraciones a través de largas distancias. Por si esto
fuera poco, su olfato es tan potente que la presencia de un par de moléculas de
sangre las detecta entre un millón de moléculas de agua a kilómetros de
distancia sirve para atraerlo, al tiempo que se vuelve mucho más agresivo. La vista
tiene menos importancia, pero también está bien desarrollada y tiene un papel
muy importante en la aproximación final a la presa y su peculiar modelo de
acecho y ataque desde debajo de la misma.
Distribución.
Tiburón blanco en las
aguas de Isla Guadalupe, México.
El tiburón blanco
vive sobre las zonas de plataforma continental, cerca de las costas, donde el
agua es menos profunda. Es en estas zonas donde la abundancia de luz y
corrientes marinas genera una mayor concentración de vida animal, lo que para
esta especie equivale a una mayor cantidad de alimento. Sin embargo, están
ausentes de los fríos océanos ártico y antártico, a pesar de su gran abundancia
en plancton, peces y mamíferos marinos. Los tiburones blancos tienen un
avanzado metabolismo que les permite mantenerse más calientes que el agua que
les rodea, pero no lo suficiente como para poblar estas zonas extremas.
Peligro de extinción
Debido al amplio
rango de distribución de esta especie, es imposible saber el número de
tiburones blancos que existen, aunque sea de forma aproximada. No obstante, su
baja densidad poblacional, unida a su escasa tasa de reproducción, su larga
infancia y su baja esperanza de vida hacen que el tiburón blanco no sea un
animal precisamente abundante. La pesca deportiva de este tiburón, sin interés
económico alguno, se ha incrementado en los últimos 30 años debido en gran
parte a la popularidad de películas como Tiburón (Steven Spielberg, 1975) hasta
el punto de que se la considera amenazada o en peligro de extinción en varios
lugares.
La Lista Roja de la
UICN incluyó al tiburón blanco por primera vez en 1990 como especie
insuficientemente conocida, y desde 1996 lo califica como vulnerable.1 El
Apéndice II del Convenio CITES lo incluye como especie vulnerable si no se explota
racionalmente.
Por ahora no existe
ninguna moratoria legal internacional sobre la pesca del tiburón blanco, aunque
ésta está prohibida en algunas áreas de su distribución. El tiburón blanco es
una especie protegida en California, la Costa Este de Estados Unidos, el Golfo
de México, Namibia, Sudáfrica, Maldivas, Israel y parte de Australia (Australia
Meridional, Nueva Gales del Sur, Tasmania y Queensland). La Convención de
Barcelona lo considera una especie amenazada en el Mediterráneo, pero casi ningún
país con salida a este mar ha dispuesto medida alguna en favor de su
conservación.
Nicho ecológico
Los tiburones son
unos grandes depredadores marinos que juegan un papel vital en la salud y el
equilibrio de los océanos. Al estar situados en lo más alto de la pirámide
trófica, el declive de sus poblaciones está provocando graves e impredecibles
desajustes en los océanos de todo el mundo. Están clasificados dentro de los
vertebrados por poseer columna vertebral.
¿Porque cuidar esta especie?
Los tiburones son indispensables para la vida en el océano, ya que se alimentan de animales enfermos, viejos o débiles, regulando así el equilibrio y la salud de otras especies. Si destruimos a los tiburones a cambio de una ganancia económica de corto plazo, corremos el riesgo de tener una pérdida de proporciones inimaginables a largo plazo: la destrucción del océano y por ende, de nosotros mismos.
En el Caribe la lucha por la
ocupación de los arrecifes no solo se produce entre los peces, también entre las algas y los corales.
La desaparición de los tiburones de estas zonas está beneficiando el incremento
de la población de especies como meros, que depredan especies de arrecife.
Estos pequeños peces tienen una función fundamental en la salud del arrecife ya
que se alimentan de algas y otras especies vegetales equilibrando la batalla
por el espacio entre corales y algas. De esta manera,la
desaparición de los tiburones está ayudando a las algas a derrotar al coral y
si desaparece el coral se pierde un espacio que asegura biodiversidad,
refugio para miles de especies… incluidos algunos grandes del océano como
ballenas que entre su alimentación incluyen los huevos que los corales
expulsan por miles de millones y al unísono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario